martes, 24 de abril de 2012

Que todos tenemos defectos es un hecho innegable y quién se empeñe en decir que no, es porque su ego le ha succionado la parte de conciencia realista que guardamos (cual reliquia) en nuestra vida neuronal. Y digo, añado, asumo... ser consciente de los mismos, no te hace mejor persona, si acaso te acerca más al conocimiento de ti mismo. Mejorar.. apasionante palabra... Uno mejora, aceptando y superando, proporcionando alternativas, luchando. ¡Y ojo! algunos defectos se adjudican de manera gratuita, coherencia amigos, hay que ser coherentes para captar las diferencias.

Si uno se fia de todo lo que le atribuyen, al final se cree una masa con ojos (habla la voz, la que calla). Anoche, una brisa del pasado me devolvió la palabra autoritarismo, la de mi (nunca mais). No me sentiré más una masa blanquecina que puede amasarse a base de golpes con cualquier utensilio pesado de cocina o con voz humana, que hay quién le pone al guiso, la esencia ajena, para después beberla... Y que no, que ese no es el cáliz de la inmortabilidad ni de la inmutabilidad! que habría que exprimirse así mismo, antes de, y no después de...

Que las diferencias radiquen en : (...)/ pero no erradiquen.

Manifiesto en contra de los autoritarismos chupópteros de vida ajena. (De aquí a Noruega, por ejemplo).

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